Según cuenta como anécdota Luis Carandell en “Vida y milagros de monseñor Escrivá de Balaguer” el fundador del Opus Dei exclamó: «Nos han hecho ministros” cuando supo que socios de la Obra entraron a formar parte del Gobierno español. Esta exclamación denota probablemente las consecuencias que iba a tener para el Estado español que una secta como el Opus comenzase a formar parte del Gobierno. El hecho de tener miembros del Opus en puestos clave del Estado que les permite acceso al dinero público, es potencialmente un peligro, porque la fidelidad hacia su secta está por encima de los intereses del Estado, según confiesa la ex-numeraria Agustina López de los Mozos en su testimonio. Si además tenemos en cuenta que según el sociólogo Alberto Moncada, todo el dinero del Opus Dei es dinero negro , podemos afirmar que el Opus es en toda regla una organización criminal, y no es difícil imaginar que consecuencias puede tener que una secta peligrosa tenga acceso a los bienes públicos.
Se sabe que el Opus Dei tiene una voracidad por los bienes ajenos escalofriante, y son muchos los casos conocidos que demuestran su falta de escrúpulos para apropiarse de lo ajeno. Por poner solo algunos ejemplos bien documentados, recordar como obtiene el Opus herencias (ver cap. V) o también de como explotan a sus presas sin que la víctima cotice en la Seguridad Social.
Realmente el Opus Dei tiene el control del Estado español desde tiempos de Franco, y fue en tiempos de la dictadura cuando diseñaron una estrategia para perpetuarse en el poder engañando a la sociedad mediante el control de los medios de información. A pesar de este control no pudieron impedir que algunos casos de corrupción, en los que el Opus Dei estaba implicado, se publicasen debido a la magnitud del saqueo del que fue víctima el erario español.
Ya desde sus comienzos, cuando empezaron a ocupar cargos en el Gobierno de la dictadura de Franco, ocasionaron el mayor escándalo financiero conocido en España hasta entonces, a causa de la cuantía del dinero estafado y la cantidad de falsificaciones de las que se valieron para conseguirlo. Pero este gran fraude al dinero público, quedó impune gracias al indulto que Franco otorgó a los miembros del Opus implicados, y no solo los perdonó, sino que además aumentó el número de miembros del Opus Dei en el Gobierno, hasta tal punto, que la secta llegó a tener el monopolio de la práctica totalidad de los Ministerios. (ver más en CASO MATESA).
Pero esta conducta de no perseguir los delitos de miembros del Opus Dei, para incluso “premiarlos”, no es algo endémico de tiempos de la dictadura, sino que se sigue practicando en nuestros días, demostrándose que las cosas no han cambiado en la supuesta “democracia” que muchos españoles, al parecer, creen vivir. Algunos de los ejemplos más notorios han sido el caso del opusino Federico Trillo, nombrado portavoz de justicia de su partido tras el escándalo del YAK-42, causado por un fraude al dinero público que costó la vida a decenas de ciudadanos españoles, y el caso de Pilar Valiente dimitida por el caso GESCARTERA, otro escándalo financiero de empresas del ámbito del Opus Dei, quien fue nombrada jefa adjunta de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF). Para hacerse una idea aproximada de hasta que punto la secta Opus puede saquear el dinero público con impunidad, basta recordar el caso RUMASA. Un caso donde un miembro del Opus “presta” enormes sumas de dinero al Opus Dei, para que se devolviese en un plazo de 75 años con una renta que el Opus no debía de pagar, sino que debía de recibir por parte de quien le había prestado el dinero. La mejor prueba de que el Opus hace lo que quiere con el dinero público, es que el Opus recibió miles de millones del Estado, en concepto de esa renta por el dinero que el Opus había recibido prestado. Los responsables de ese saqueo se supone que eran miembros del Opus Dei representando los intereses del Estado. (ver CASO RUMASA )
Pero este caso no es aislado, según este texto extraído de un artículo del periódico Tribuna: “La forma de actuar del Opus es de aspiradora, permitiendo el crecimiento y absorción de empresas en un rubro determinado, hasta que llegan a un tamaño crítico, luego del cual son vaciadas en forma fraudulenta y sus fondos transferidos a instituciones del Opus.” (ver más casos en periódico Tribuna).
El peligro no es solo que esta secta pueda saquear a placer las arcas del Estado, sino que también puede perseguir y castigar a cualquier funcionario que intente hacer algo para impedirlo. Recomiendo acaloradamente escuchar este programa de radio donde interviene el antiguo fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, quién explica de forma clara la situación. España está siendo brutalmente saqueada y el dinero se evade a paraísos fiscales. La Unión Europea intentó tomar medidas contra estos paraísos fiscales, pero esto fue impedido por el PP europeo. Es importante hacer notar que el PP desde que llegó al poder, ha ido descabezando sistemáticamente la cúpula policial y organismos del Estado responsables en la lucha contra el crimen económico, deteniendo y obstaculizando en la medida que han podido las investigaciones del caso Gürtel, que en contra de lo que muchos creen o quieren hacer creer, es un caso mucho más grave y profundo que una simple financiación ilegal del PP, es un caso que estaba desvelando un verdadero saqueo al dinero público y la evasión de este dinero a paraísos fiscales. En mi opinión, las actuaciones del PP para impedir cualquier investigación sobre paraísos fiscales los delata como culpables, al menos en grado de colaboración. Aunque no menciona para nada a la secta Opus Dei, sí habla de las actuaciones del PP que es el brazo político del Opus Dei (ver la secta Opus y el PP). Por esta razón yo titularía el programa “El Estado a los pies del Opus Dei” en lugar de “El Estado a los pies de la mafia”.
EL ESTADO A LOS PIES DE LA MAFIA
Otro programa de radio interesante es este sobre la presunta corrupción inmobiliaria del PP, que aunque está denunciada a la unidad de delincuencia organizada de la policía, es previsible, como es habitual, la actuación de la fiscalía y el Poder Judicial cuando los implicados son de los “suyos”.
Se entiende que el saqueo no va a acabar mientras una organización criminal esté en el poder. No solo se trata de las ingentes cantidades de dinero que estafan con el pretexto de la “crisis”, también se trata de empresas públicas rentables que son malvendidas a especuladores que abusan de la población, para no hablar de la inmensa cantidad de propiedades públicas que han sido inmatriculadas a nombre de la Iglesia.
Es notable que la UE tenga complicidad en todo este asunto. No parece que sea casualidad que al frente del BCE se encuentre un ex Goldman Sachs, un grupo gigante de banca con casos de fraude, al igual que una indecente presencia en la especulación inmobiliaria en España. También es muy sospechosa la “presión” del BCE para que Bankia, una vez nacionalizada con fortunas de dinero público, sea vendida lo antes posible a precio de ganga.
Muchos extranjeros se extrañan de por qué Rajoy no ha dimitido con todo su pleno del PP tras hacerse públicos los numerosos escándalos de su partido. Muy lejos de dimitir, en estas recientes elecciones el PP se ha destacado por la “honestidad” que le caracteriza, como este caso en Melilla, este otro en Almería, este otro en Lugo, este otro en Ourense, este otro en Navarra, etc. etc. Para no hablar de Censos que cierran sin previo aviso: el enésimo pucherazo electoral del voto exterior. Todos estos casos publicados son posiblemente la punta de un Iceberg, si se piensa que es muy difícil que se hayan detectado y publicado todos sus intentos de fraude en la elecciones. El afán por delinquir para conseguir ganar las elecciones, podría interpretarse como el deseo de un ladrón en conseguir las llaves de la casa que desea “limpiar”, y no una limpieza con detergentes, como pretenden hacer creer al afirmar que su deseo de estar en política es para servir al país.
En este ejemplo se explica muy bien explicado como se toma el pelo a los contribuyentes.
Las palabras subrayadas son enlaces a fuentes de información.
Por Ramón Martínez autor y artista digital.